La última gota de esta fuente
se niega a aparecer.
¿Dónde esconde su límite el hombre
cuando descubre el amor?
Taladro los ojos
y de vuelta la luz,
esa que a tu mirada es evidente.
Enamorado del hombre vas
derramado,
Tú sí
hasta la última sangre.
A veces escucho tu risa
en el baile del loco
el acorde del ciego
te encanta jugar a nivel con los niños.
Quisiera,
a veces
abrazarlos a todos
copiarte las ganas
y hacerme pan.
A veces detesto estas cuatro paredes
de mediocridad
de no darme pleno
y gratis
de no ser la fuente
que Tú sí conoces.
Otra vez no miro lo que Tú.
¡Que va!
Muchas veces.
Préstame tus ojos,
tus oidos y abrazos
ésta y otras veces más.
jueves, 25 de junio de 2009
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