Abrazarte en febrero

¿Cómo me quito las ganas
de abrazarte en febrero?

¿Dónde guardo estas nubes,
dónde sonarán campanas al vuelo?

¿Cómo me arranco las ganas
de abrazarte en febrero?

¿Qué hacemos con la cuna,
dónde guardo los "te quieros"?

Sigue esperando en fila
sigue mirándonos desde tu cielo
llegarán más estaciones
ya vendrán otros febreros.

Dispuestos al sol

Lento es el tiempo del andar de tantos
que vacilan
que no emprenden la lucha por participar de la vida
de su vida, pues.

Y aprestan la balanza de culpas
en ocasión de señalar
dirigir
alejar de sí la elección
la convicción de renuncia al servilismo del trance
de la trajicomedia
de la economía
del 'status quo'.

Y no hablo de separar mal de bien
eso es simple
digo distinguir lo que es lobo disfrazado de lana
y peor
separar el brillante del oro.

¡Avanzas de a poco bastón!

Discurres la rama y el pistón de un gas
que no es tuyo
se te fue prestado.

La flama que quemas te fue encendida por otro
por otros
por miles.

Quizás ahí vive oculto el secreto.

En la nulidad de posesiones
en la renuncia plena a toda cosa que no es vida tuya.

Vaya, ni eso.

Renunciarse
despojarse
anonadarse.

Y desnudo frente a todo y todos
elegir lo naturalmente propio
eso que no tiene más remedio que ser tú.

Escucho a lo lejos el grito y lamento del tiempo,
de gritos vacíos.

Somos todos un campo de flores
dispuestos al sol.

Quiero ver

No soy libre.

Erijo en torno mío la prisión
y el abrazo del erizo adormila mis ganas
de ser, de renacer.

Cómo salvar este abismo
entre la eternidad y mi vida
ese breve instante que atesoro como un todo
como vasta cosecha.

En tus pasos alumbras mi polvo
y tus huellas calan hondo
ciernen sobre mí el vacío de mi inmundicia
de la fatalidad de mis encantos.

Escondo la luz que en mi pluma infundiste
y echo el cerrojo a esta cárcel que no existe
que me inventé anoche
o el día antes.

No importa.

Nada tiene sentido
sin tus notas acompasando mi añoranza
mi sed de infinitud,
de convertirme acaso en eco de tu plan
en sombra de tu idea
en pálido temblor
o una ceniza de tu llama.

Enciende todo
quema mis letras
purifica en tu fuego mis miembros hartos de inmovilidad.

Toca mis ojos con tu saliva
que quiero ver
Quiero ver.

Va de nuevo

¿Dónde deposito el fuego
en este roto invierno?
¿Quién recibirá mis aguas,
quién atrapará silencios?

¿Dónde guardo el desasón
en esta lucha vana,
en este amor descalzo
de estas tibias ganas?

¿Cómo vuelvo confianza
en este par de pies?
¿Cómo infundo el valor
o burlo la vejez?

¿Dónde esconden la esperanza
enmohecidas sombras?
¿Cómo es que se destruye
promesa que nombran?

¿A quién puedo pedir cuentas
de ocasión tirada?
¿Quién es el enemigo,
quién huye esta mirada?

¿Dónde quedará la vida,
tanta risa hecha lamento?
¡Despierten ya señores,
hagamos otro intento!

Mi Buenos Aires

Me gusta esta ciudad
con olor a río
y neblina.

Me atrapan sus gentes
los que leen
los que alzan la voz
porque pueden.

Me atraen esos tonos
de lucha y cultura
sus conversaciones
su orgullo
su grito ardoroso al vencer el arco
al defender su territorio.

Me gusta esta ciudad
de árboles milenarios
de mano extendida
la de amistad probada
regalada, tendida.

Me atrapan sus tardes celestes
sus mañanas frias
y el compás del tren.

¡Bendito tren!

Si supieras que tus vagones
restituyeron magia.

Me atraen las mil historias
de los rostros tuyos
de tus visitantes
del tango y el bandoneón.

Me quedo un rato más
a respirar tus aires
mi Buenos Aires.

Agradecer

Irrumpe el amor
y desbordas mi copa
me crecen canciones
desvistes mis sombras.

Me crece tu mar
en mi roto desierto
transformas en vino mi agua
conviertes discordia en concierto.

¡Que frutos da el hombre
si se hace de tu vid sarmiento!
¡Que pleno tu don
si en mi pecho respiro tu aliento!

Perdona este intento
el murmullo en mi voz
pero gracias Papi
gracias Dios.