En los brazos del sueño
escapas del ayer
que es copia cotidiana
no importa
para ti
es acompasado ritmo de seguridad.
Quizás el tambor que late
te trae los gemidos del tiempo
del descubrimiento
del flujo a la luz.
Y en esa cuna
no aprieta el frío
ni el olvido
te arropa el menudo conjunto de memorias
como acuarelas de vida y quietud.
Y tu paz me abofetea las ojeras.
¿Cómo es que duermes
mientras el mundo estalla
si en las avenidas, parques y hospitales
surgen olas rancias
de hastío y dolor?
Eres promesa y tesoro
abismo y laberinto
boca y llanto
pero no hoy
este día eres semilla reventada
raiz que escala los brazos de tu madre
y abierto al futuro
condenado al amor
no hay más que crecer.
jueves, 10 de septiembre de 2009
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