Con la mirada cerrada
y entregada al beso
esquivo tus mentiras.
Acaso la ventana
es testigo mudo
de tu graciosa huida.
Te mudaste hace tiempo
y yo fija en la idea
que esta mano es tuya.
Me derramo en caricias
y embriagas mi mente
aunque tú no me incluyas.
Ignoro cómo es que
has conseguido aislar
tus labios del veneno.
Me debería matar
esta tu indiferencia
y para ti es un juego.
miércoles, 16 de septiembre de 2009
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