Vuelve a mi la mirada azul
y la inesperada visita
de la sirena mayor,
rie a carcajadas.
Olas de desesperanza
mojan mi angustia
y comienza el ciclo
del agua-sangre
los latidos cada
instante más desalineados
no hay color,
ni vida,
ni encuentro.
Ni siquiera una mediana muerte
en el valle de mi silencio
necesito el descanso
mi piel no puede más.
jueves, 24 de junio de 2004
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