jueves, 24 de junio de 2004

Sed

    En el desierto de mis horas

    llegas tú.

    Quizás de aire

    pero de carne.

    Repaso tus lirios

    y tiemblas entre mi mano galopante.

    Duermes hoy

    y el ritmo de tu sangre

    entierra mis seres de hielo.

    Respiro tu espacio

    en el eco de recorrerte.

    Las sirenas guardan

    silencio hoy

    el desierto es aliento

    y vida
      y agua...
    miles de gotas de agua

    se acumulan en el ansia
      de ti,
    de beberte...
        de ser mar...
            en ti.

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